La industria de la construcción es un sector fundamental para el desarrollo económico y social, pero también es uno de los principales contribuyentes al cambio climático.
Se estima que los edificios y la infraestructura son responsables del 39% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global.
Reducir la huella de carbono en la industria de la construcción es crucial para mitigar los efectos adversos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar, eventos climáticos extremos y la pérdida de biodiversidad. Esto se traduce en beneficios para la salud pública, al mejorar la calidad del aire y reducir enfermedades respiratorias. Además, se genera eficiencia energética, reduciendo el consumo y la dependencia de combustibles fósiles, con el consecuente ahorro económico. La conservación de recursos naturales también se ve beneficiada, al disminuir el uso de materiales de alto impacto como el hormigón y el acero, e impulsando alternativas sostenibles y de bajo contenido de carbono.
Construir de forma sostenible no solo protege al medio ambiente, sino que también genera resiliencia al cambio climático.
Algunos consejos para reducir la huella de carbono en diferentes fases de la construcción se muestran a continuación:
Fase de diseño:
- Priorizar el diseño bioclimático: Aprovechar al máximo los elementos naturales como la luz solar, la ventilación natural y la ganancia solar para reducir la demanda de energía del edificio.
- Seleccionar materiales sostenibles: Optar por materiales con bajo contenido de carbono incorporado, producidos localmente y con alta capacidad de reciclaje.
- Considerar la eficiencia estructural: Diseñar estructuras optimizadas que utilicen menos materiales y reduzcan el desperdicio.
- Incorporar sistemas de energía renovable: Integrar paneles solares, energía eólica o geotermal para generar energía limpia en el sitio.
Fase de construcción:
- Implementar prácticas de construcción eficientes: Optimizar el transporte de materiales, minimizar el uso de maquinaria pesada y gestionar adecuadamente los residuos de construcción.
- Promover la reutilización y el reciclaje: Reutilizar materiales de demolición o estructuras existentes, e incorporar materiales reciclados en la construcción.
- Garantizar un buen aislamiento térmico: Implementar un aislamiento adecuado en paredes, techos y ventanas para reducir la pérdida de calor y la necesidad de calefacción y refrigeración.
- Utilizar sistemas de agua eficientes: Instalar grifos y sanitarios de bajo consumo, implementar sistemas de recolección de agua de lluvia y reutilizar aguas grises.
Fase operativa:
- Implementar sistemas de gestión energética: Monitorear y controlar el consumo de energía del edificio, utilizando sistemas inteligentes y automatización.
- Promover el uso de energías renovables: Fomentar el uso de paneles solares u otras fuentes de energía renovable para abastecer las necesidades energéticas del edificio.
- Optimizar la iluminación: Utilizar iluminación LED de alta eficiencia y aprovechar al máximo la luz natural.
- Implementar programas de gestión de residuos: Establecer programas de reciclaje, compostaje y reducción de residuos para minimizar el impacto ambiental del edificio.
Otras estrategias:
- Obtener certificaciones de construcción verde: Considerar certificaciones como LEED o BREEAM para demostrar el compromiso con la sostenibilidad del proyecto.
- Comunicar y educar a los ocupantes: Informar a los ocupantes sobre las características sostenibles del edificio y cómo pueden contribuir a reducir la huella de carbono.
- Involucrar a las partes interesadas: Colaborar con proveedores, contratistas y otros actores clave para garantizar la implementación de prácticas sostenibles durante todo el ciclo de vida del proyecto.
Reducir la huella de carbono en los proyectos de construcción requiere un enfoque integral que abarque desde el diseño hasta la operación del edificio. Al implementar las estrategias mencionadas, podemos crear edificios más sostenibles que contribuyan a un futuro con menor impacto ambiental.